Hay algo místico que rodea a ciertas generaciones. Más allá
del talento y el esfuerzo hay algo que se alinea para dar lugar a generaciones
que siempre serán recordadas. Pasó en la música con la escuela de Viena donde
Mozart y Beethoven aprendieron su maestría. Pasó en la literatura con
Fitzgerald, Faulkner o Hemingway representando a la generación perdida. Los grandes
se codeaban con otros grandes.
También podemos aplicarlo al fútbol con el Brasil de las 4R
(Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho, Roberto Carlos), la Francia de Zidane y Henry.
El otro Brasil de Pelé y Garrincha. Incluso nuestra España de
Casillas,Puyol,Iniesta…
Bélgica comparte ese aire místico. No lo comparo con
aquellas generaciones solo digo que está viviendo su propia edad dorada: son
jóvenes, juegan en equipos relativamente grandes siendo figuras importantes y
por qué no decirlo; son muy buenos.
Existe un prejuicio sobre estos chicos: la gente dice que
son “la sorpresa descubierta”, que están sobrevalorados, que es mucho peso para
un equipo tan joven…
Bélgica no tiene un espejo donde reflejarse (salvo en 1986),
su historia futbolística está llena de fracasos, ellos son su propio espejo. Ellos
son los que ponen sus propios límites. Deberíamos respetarlo por ello: Bélgica
se está atreviendo a soñar, no de forma utópica sino de una forma real. Ese
coraje merece el mayor de los respetos.
Yo no creo en las casualidades y la fase eliminatoria de
Bélgica no fue una excepción: ningún partido perdido, solo 4 goles encajados y
siendo muy superiores a cualquier rival.
Todo empieza por la portería; un Courtois en el mejor
momento de su vida, el mejor portero de la actualidad. Un Mignolet en un momento
excelso.
Quizás la defensa sea lo más flojo pero cuando levantas la
mirada y ves la fuerza y la planta de ese número 4 se disipan todas las dudas.
Kompany ejerce de capitán, se trata del corazón de este equipo lleno de talento
e ilusión. Pero por si fuera poco Alderweireld, Vertonghen y Vermaelen
completan una defensa curtida en muchas batallas. Hay que ser muy iluso para
infravalorar a esta defensa.
Seguimos avanzando hasta el medio del campo y observamos que
resalta la figura de un hombre por encima de todas, Mousa Dembélé: esta
temporada lo está haciendo bien pero hace dos campañas fue insultantemente
superior. Todavía es relativamente joven, estoy seguro que este mundial le
llevará a un grande. Sin embargo saltan dudas con su compañero; Fellaini viene
en un momento muy pobre pero todos recordamos su altísimo nivel en el Everton. Personalmente
creo que Witsel está para ser titular. Sí, es un jugador sobrevalorado pero se
crece en los grandes momentos y no defrauda.
Llegamos a los extremos, aquí el talento alcanza un nivel
superior: Eden Hazard tiene la responsabilidad como estrella de llevar a
Bélgica a lo más lejos posible, sobran las palabras para este chico que acabará
siendo balón de oro (tiempo al tiempo). Mertens y Mirallas se pelearán por el
otro puesto (bendito dilema), el primero tiene una pegada brutal, el segundo es
pura casta y velocidad. Desde la segunda unidad partirá la velocidad de Chadli y Kevin de Bruyne además de un chavalito de 18 años que todo lo que pueda decir de él se queda corto,
Zakaria Bakkali.
La baja de Benteke es muy significativa y ha dolido mucho:
su potencia era perfecta para el juego de Bélgica, estoy seguro de que se
hubiese hartado a marcar goles.
Sin embargo, un chico de 21 años tendrá la responsabilidad
de sustituirle, Romelu Lukaku; quien me conozca sabrá de mi predilección por
este chico, no me canso de decir que se convertirá en el mejor delantero centro
del mundo y el mundial va a ser la prueba perfecta para empezar a demostrarlo.
No sé si he idealizado a esta selección, no tengo una bola
de cristal para saber hasta dónde llegará pero lo que sí sé es que se trata de
una generación dorada, una generación joven con mucho talento. Una generación
que está mirando al frente con seguridad y seriedad. Luchan por un sueño y
llegarán tan lejos como se atrevan a soñar. Ha llegado la hora de deslumbrar al
mundo.