martes, 30 de julio de 2013

Estrellas estrelladas(IV)- Djibril Cissé, LA GACELA HERIDA


Djibril Cissé ya de por si es llamativo con esos peinados estrafalarios, ese pelo teñido, su constante cambio de barba cada cual más rara y un cuerpo lleno de tatuajes.
Cissé tiene planta, tiene calidad pero sobre todo tiene velocidad, una velocidad endiablada que pocas veces se ha visto en un campo de fútbol. Esta es la carrera de Djibril Cissé, un jugador que pudo ser leyenda si sus rodillas se lo hubiesen permitido:

Cissé debutó en la Ligue 1 con apenas 17 años, por aquella ya podíamos intuir lo que podría ser; era muy rápido pero en ocasiones corría sin cabeza, le faltaba controlar mejor la pelota y tomar mejores decisiones pero demostraba un talento descomunal. El Auxerre y Cissé tuvieron una relación de 6 años maravillosa llegándose a colar en puesto europeos varias veces y conseguir la copa en 2003.
Precisamente 2003 fue el año de un crecimiento gigantesco del jugador que ya daba muestras de su desborde y su disparo siempre colocado por el lado derecho. En la 2003-2004 Cissé acabó con 26 goles, una cifra aún más llamativa para un extremo.


Ya era uno de los mejores jugadores del mundo pero su repercusión era menor por jugar en la liga francesa, por eso decidió marcharse a la Premier, concretamente a un proyecto ambicioso rodeado de españoles, el Liverpool de Rafa Benítez.
Los primeros 3 meses lo jugaba todo, un poco más alejado del área pero el estilo veloz de la Premier era perfecto para él y no tardó en destacar. Empezó a meter goles hasta el 30 de octubre de 2004 cuando se rompió la tibia y el peroné. Cissé volvió en abril y aunque jugó pocos minutos fue importante en la conquista de la sorprendente Champions del Liverpool.
En la 2005-2006 Cissé volvió a ser el de antes con su desparpajó y su velocidad acabando con 19 goles y actuaciones impresionantes. Algún periodista se atrevió incluso a apostar por él como Balón de Oro.
Cissé fue convocado por Francia para el mundial 2006, era la gran oportunidad del francés ya que nunca fue capaz de demostrar todo su potencial con la selección gala, sin embargo otra maldita lesión de rodilla se interpuso en su camino( perdonadme por poner la imagen)


Otros 6 meses de baja, además el Liverpool cansado de sus lesiones fichó a un jovencito Dirk Kuyt para sustituirle, así que Cissé se pasó 3 años cedido entre Marsella y Sunderland. En ambos conjuntos lo hizo más que bien aportando experiencia y goles aunque se notaba que ya no tenía la misma punta de velocidad. Por ello se reconvirtió en segundo delantero.

Cansado de no tener oportunidades en equipos grandes de las 3 grandes ligas decidió fichar por el Panathinaikos y se consolidó como el delantero centro titular y querido por todos los aficionados. En los 2 años que jugó marcó 51 goles, una cifra muy meritoria.

Ante la crisis que azotaba a Grecia, Cissé se marchó a la Lazio por dinero, una Lazió que estaba construyendo un equipo ambicioso con Cissé y Klose a la cabeza, pero el experimento fracasó. Por primera vez en su carrera estaba demostrando síntomas de indisciplina y de no querer luchar, quizás hastiado por no ser la estrella. Cissé huyó de Roma hacia el QPR que le ofreció una cuantiosa cantidad de dinero.
El QPR es un equipo que ficha mucho y mal sin pensar mucho en el bloque, de forma desordena. Cissé pasó un año desastroso tanto en lo individual como en lo colectivo.

Este año pasó de forma efímera por el Al-Gharafa para recalar en las filas del Kuban ruso donde vive sus últimos destellos de talento.
Ya son pocos los que recuerdan al Cissé veloz y desbordante, la memoria futbolística de la gente es corta. Es una pena que esas dos graves lesiones le cortaran una carrera que estaba destinada al éxito pero el destino quiso que Cissé no llegara a dominar. Aún así yo seguiré recordando sus galopadas por Anfield.


miércoles, 17 de julio de 2013

Estrellas Estrelladas (III)- ADRIANO, EL EMPERADOR INDISCIPLINADO


20 de octubre de 2004, yo apenas tenía 11 años pero recuerdo que por aquella estaba un poco hastiado del fútbol, empezaba a perder el gusto. Aquel día era martes y en Canal+ emitían la Champions, en concreto un Valencia-Inter. Un Valencia que todavía era respetado en la máxima competición europea, pero aquel día el Inter destrozó al Valencia...no, en realidad Adriano los destrozó.

1-5, Adriano solo metió un gol pero su presencia era testimonial en todas las jugadas. Una zancada prodigiosa y un toque de balón exquisito conjuntado por un disparo seco y duro. Desde aquel día mi hastió hacía el fútbol desapareció y nunca volvió. Aquel brasileño de 22 años nos dejó a todos helados en la temporada 2004-2005, su sola presencia en el campo intimidaba a compañeros y rivales. Cuando Adriano saltaba al campo del Giuseppe Meaza( San Siro para el AC Milan, los periodistas siguen diciendolo al revés) casi media batalla estaba ganada, se veía el respeto en la mirada de los defensores.

Aquel año Adriano se ganó el apodo de "El Emperador" en tributo al emperador de mismo nombre que coincidió en la época de mayor esplendor del Imperio Romano. Era cierto, ese Inter tenía algo especial que no ha vuelto a recuperar ni siquiera el Inter que consiguió el triplete hace 3 años. Aquel Inter era especial porque Adriano era uno de esos jugadores que aparecen cada 10 años.

Ya destacaba en el Parma cuando solo contaba con 20 años, si no hubiese sido por él, la ciudad de Parma hubiese visto a su equipo muchos años en Serie B. De 2004 a 2006 el juego de Adriano era una maravilla, el mejor de su carrera. Un auténtico placer verlo jugar e incluso en la selección brasileña compartiendo tridente con Ronaldo y Ronaldinho. Sin embargo todos los emperadores caen, y 2006 fue el punto de inflexión en la carrera del brasileño.

Su bajón no fue por lesiones, fue por su cabeza. Un chico con 24 años famoso y con dinero empezó a creerse el rey del mundo; las chicas caían a sus brazos constantemente, su séquito se agrandaba, el alcohol y las drogas no faltaban nunca.

En la nochevieja de 2007 Adriano empotró su vehículo contra otro auto aparcado. Desde aquel día en Milan perdieron la paciencia con él y lo cedieron al Sao Paulo, pensaron que era la decisión acertada que volviera a su país. Pero en realidad cuando vuelves a tus raíces, y más en un origen como el suyo la cosa empeora. Tráfico de drogas, conducción temeraria en moto y 10 kilos de más.

El Flamengo le dio una oportunidad y él respondió con 20 goles y el título del brasileirao, además de ser convocado para el mundial de Sudáfrica. Parecía que Adriano tendría una segunda oportunidad pero en realidad contemplamos su máxima caída: unas fotos fueron publicadas donde Adriano aparecía armado en las favelas. Dunga no quiso arriesgar y no lo convocó.

Desde entonces Adriano no levanta cabeza: 4 partidos en la Roma, otros 4 en el Corinthians es su bagaje de estos últimos 3 años. En marzo de 2013 el Flamengo le intentó contratar pero no pasó el reconocimiento. Ahora mismo el que fuese en un momento efímero de su carrera el mejor del mundo, está entrenando sin ficha en Brasil.

Lo más triste de todo es que todavía cuenta con 31 años, todavía podría dejarnos destellos de su juego pero ni eso. Adriano pensó que el apodo de Emperador le venía grande, el en realidad lo único que quería era emborracharse con sus amigos y despertarse en la cama junto a modelos. eso parece una buena vida pero no cuando lo pudo tener todo.
Por eso y muchas cosas más Adriano es el mayor Estrella Estrellada que ví jugar, aquel jugador que me hizo sonreir en 2004 ahora solo refleja decepción en mi rostro.

Seguiremos teniendo noticias de él, pero mucho me temo que la mayoría negativas y alguna que otra sin remedio.

domingo, 7 de julio de 2013

Estrellas estrelladas (II)- "El Chino" Recoba, un puedo pero no quiero


La historia reciente del Inter tiene poca relación con el talento técnico. Un equipo que en los últimos 20 años ha predominado las condiciones físicas frente al talento natural. Ronaldo es el máximo exponente de talento que ha pasado por el Inter en su historia moderna, sin embargo todavía unos pocos nos acordamos de un uruguayo que parecía chino, un uruguayo que tenía un golpeo de balón exquisito y una capacidad técnica fuera de lo común, El Chino Recoba; el talento natural que no quiso ser el más grande:

Un joven de 17 años, pequeño y endeble estaba a punto de darse a conocer. Al principio pocos le tomaban en serio. No tenía cuerpo, no tenía velocidad en un fútbol predominado por el físico. Hasta aquel día, el día que emuló al Dios del fútbol, Diego Armando Maradona.


Desde aquel día la vida de Álvaro Recoba no volvió a ser igual. Uno de los grandes uruguayos le fichó, el Nacional, donde siguió creciendo y metiendo golazos. En 1997 recibió la llamada de Europa, la llamada del Inter, un equipo que se estaba reconstruyendo y que quería hacer algo grande con los fichajes de Ronaldo y el Chino.

Recoba debutó en el minuto 80 de un partido que el Inter iba perdiendo 0-1, y el solito se encargó de dar la vuelta al marcador con un disparo lejano y una falta directa. Por si fuera poco en la jornada siguiente, también saliendo desde el banquillo, metió un gol desde el medio campo. El Chino estaba llamado a entrar en el olimpo, la afición interista ya tenía un nuevo ídolo


Pero, en realidad, el Chino jugaba muy poco, no era capaz de adaptarse a una liga tan física  y a un equipo que no jugaba para él. Además la presión era evidente por parte de la prensa, un jugador que cobraba unos 7 millones de euros(el record por aquella) y que no acababa de arrancar.
En 1999 Recoba tomó una decisión importante: ¿Quedarse y ser uno más? o ¿irse cedido a un equipo pequeño y ser el centro de atención?. El Chino eligió irse cedido al Venezia donde quizás hizo el mejor fútbol de su carrera.

Volvió al Inter con el rol de ser el jugador estrella, el rol de ser el mejor jugador de la liga y un día convertirse en el mejor del mundo. Durante los 8 años que Recoba pasó en el Inter siguió metiendo golazos y destellos técnicos pero se quedó en eso, en destellos: nunca fue capaz de explotar, nunca fue capaz de adaptarse. Recoba pensaba con el balón, en Italia pensaban en lo físico y aguantar el resultado. y Así se acabaron 10 años de relación amor-odio con la Serie A. En Italia se acuerdan mucho de él pero no como un gran jugador sino como la gran decepción.

Tras un pequeño paso por el Panionios griego volvió a Uruguay, primero al Danubio y luego a Nacional donde sigue jugando. Con unos cuantos kilos de mas pero todavía nos sigue dejando obras de arte(goles olímpicos entre otros). Al chino Recoba le pueden criticar por muchas cosas; falta de compromiso, nula defensa, desaparecer en encuentros importantes, pero nunca nadie le puede reprochar sus goles y sus detalles técnicos porque durante toda su carrera lo ha demostrado, al fin y al cabo eso es lo más bonito del fútbol, y el Chino nos ha sacado más de una sonrisa.


Recoba nunca tuvo la ambición de ser el más grande, el juega para divertirse. Quizás fue sus malas decisiones, quizás fue su falta de disciplina en entrenamientos o quizás fue cosa del destino que Recoba no triunfara. Nos lamentamos de que no llegara más lejos, alguien que lo tenía todo para triunfar y decidió quedarse en unos cuantos escalones por debajo.
En realidad Recoba nos ha enseñado una lección: el fútbol es para divertirse y Recoba siempre tuvo esa idea como algo primordial en su carrera. Lejos de los focos, lejos de las leyendas, lejos del olimpo El Chino Recoba sigue disfrutando con un balón en los pies, algo que muchos de nosotros hemos olvidado.


miércoles, 3 de julio de 2013

Estrellas estrelladas (I)- ALAN SMITH, LA ESPERANZA DE UN PAÍS


Debutar en Anfield con 18 años y marcar, literalmente, en tu primer disparo como profesional no está al alcance de cualquiera. La gente empezó a preguntarse quién era ese chico de melena rubia y sumamente delgado: se trataba de Alan Smith, un extremo que jugaba como segundo delantero y mediocentro ofensivo dependiendo del día. Un jugador llegador con un disparo seco y directo, de técnica exquisita y rápido pero ante todo un luchador, nunca daba una pelota por pérdida e incluso si su propia seguridad corría peligro como en esta imagen:

Alan Smith en sus primeros 8 años como profesional lo tenía todo: era un jugador excelente con mucha garra como les gusta a los ingleses, era joven y un buen físico que le permitió el patrocinio de numerosas marcas. Alan Smith representaba la esperanza de un país, la generación de Owen, Gerrard, Lampard, Ferdinand y del propio Smith hacia pensar que quizás esta vez se podría conseguir la copa del mundo, esa copa que Inglaterra llevaba esperando 40  años. Esta generación daba lugar a la esperanza y en Alan Smith se centraban las miradas, sin embargo el destino le deparaba algo totalmente lo contrario. Esta es la historia de una estrella estrellada, la carrera deportiva de Alan Smith, el jugador que pudo reinar:


Smith pasó sus primeros 6 años como profesional en el último gran Leeds United que contaba con jugadores de la talla de Harry Kewell, Rio Ferdinand o Jonathan Woodgate. Jugadores jóvenes y con talento pero ante todo, Alan Smith como máximo exponente de un equipo que cada año sorprendía a propios y extraños colándose en puestos de Champions. Un conjunto que llegó a disputar unas semifinales de Champions en 2001 contra el Valencia, esa eliminatoria la perdieron pero en Mestalla todavía recuerdan la actuación soberbia de Smith en aquel partido.

Pero con el paso del tiempo y los problemas económicos del club provocaron la marcha de numerosos jugadores a clubs más importantes económicamente. Alan Smith pasó de 2002 a 2004 intentando que aquel Leeds histórico no descendiera, estaba solo, se trataba de la única estrella, se negó a salir del club. 

Smith quería que el Leeds volviera a codearse con los más grandes de Europa pero siempre hay un pero: El Leeds United descendió por problemas económicos y se vieron obligados a vender a su máximo exponente, a su estrella. Alan en su último partido como jugador del Leeds no pudo controlar sus emociones y se derrumbó en medio del encuentro. Alan era testigo directo de como el club de su vida se hundía 

Un jugador de su magnitud se merecía algo mejor. Sir Alex Ferguson le llamó para reconstruir un equipo campeón donde Rooney y Van Nistelrooy ponían los goles y Alan Smith el toque y la garra. Durante el primer año y medio como jugador del ManU Alan no hizo más que progresar y ya empezaba a ser importante en la selección hasta aquel día... Alan fue a taponar un disparo de falta de Finnan y su rodilla izquierda se quedó clavada en el suelo. Nadie le dio importancia, ManU y Liverpool siguieron jugando, excepto Rio Ferdinand que fue corriendo a socorrer a su compañero. Rio gritaba y gesticulaba, parecía que le dolía más a él que al propio Smith. Rio conocía perfectamente a Alan, ambos habían sido compañeros en aquel ultimo gran Leeds.

Los demás compañeros le animaban, era una lesión importante pero se habían visto peores lesiones que aquella, casi todos los presentes pensaban que recuperaría su magia pero en la cara de Rio se reflejaba la incredulidad y la decepción, aquel partido siguió sin Smith, Rio Ferdinand siguió jugando pero su cabeza no estaba allí, Rio hizo el peor partido de su carrera dejando que Peter Crouch rematara solo en el único tanto del encuentro y el ManU fue eliminado de la FA Cup. Rio Ferdinand era el único que sabía que Alan Smith nunca volvería a ser el de antes.

Alan volvió 7 meses después, ya no corría como antes, no remataba como antes, no daba a la pelota como antes pero todavía conservaba la garra y el toque. La 2006-2007 supuso el punto de inflexión en su carrera, ya no era titular pero todavía seguía siendo importante y rendía a buen nivel. El sufrimiento y el esfuerzo se vio compensado con la única Premier League de su carrera.

Ante el salto de calidad de Cristiano Ronaldo y las incorporaciones jóvenes de Nani y Anderson, el ManU no contaba con Alan y lo traspasaron al Newcastle. Un Newcastle que contaba con un proyecto ambicioso con la pareja Owen-Smith a la cabeza. Pero aquello no era real, los cuatros años que Smith pasó en el norte de Inglaterra fueron los peores de su carrera deportiva, Alan era desdichado: jugaba como mediocentro defensivo, una posición en la que nunca había jugado. Poco a poco el talento de Smith se fue apagando. 4 años y un solo gol, ya nadie se acordaba de aquella estrella que despuntaba en el Leeds.

Durante esos 4 años, Alan todavía pensaba que podía ser un jugador desequilibrante, tenía la esperanza de correr como antes(lo digo por experiencia;perder la velocidad es frustrante), de rematar como antes, de volver a la selección, de volver a estar en un equipo campeón.

Dicen que para cambiar debes ser fuerte y en 2012 Alan Smith se sinceró consigo mismo y se dio cuenta que todo aquello que añoraba, todo aquello por lo que soñaba había desaparecido. Alan Smith dejó de soñar y se dedicó a vivir la realidad. Fichó por el Milton un equipo de tercera división( 2B en España). Muchos pensaban que todavía tenía nivel como para segunda o incluso para un equipo pequeño de primera. Pero Alan ya no quería eso. Alan ya no era la esperanza del país, los aficionados no se acordaban de él y ya no rompía los corazones de los adolescentes.
Ahora Alan Smith es feliz, juega con un estilo diferente pero sin presiones, Alan Smith ha recuperado la sonrisa que un día perdió.