Han pasado 25 años desde que se estrenó aquella maravillosa película de acción, El Último Boy Scout, pero resulta
asombroso el paralelismo que se le puede
sacar con el fútbol actual: Bruce Willis es el encargado de solucionar una
trama relacionada con las apuestas en el fútbol americano. En la primera escena
un periodista, ante la bajada masiva de espectadores en los estadios, pregunta
al propietario de una franquicia -¿ya no quedan héroes en este deporte?-
No. Ya no quedan héroes. El fútbol se ha convertido en una
apisonadora lucrativa donde el hincha cada vez tiene menos cabida. Ya no se
busca el apoyo de la grada, se busca el apoyo de las cadenas de pago. Aquí van
los motivos por los que el fútbol ha dejado de crear héroes:
-Los superagentes: para mí es el principal mal. Los Mendes y
los Raiolas se dedican a coleccionar jugadores en sus avariciosas agencias.
Especulan constantemente con el mercado para aumentar el valor del jugador y
así llevarse una comisión más alta. Utilizan su red de contactos para colocar
jugadores en un mismo equipo y así tener un poder sideral sobre el club (véase
el Valencia)
Los superagentes son un gen maligno que debería ser
erradicado pero, por desgracia, este tipo de representación acaba de empezar;
su influencia entre los propietarios de los clubes es enorme.
-Los nuevos propietarios: las ligas europeas están repletas
de propietarios de países exóticos quienes dudo que en su tierna juventud
fueran forofos de este deporte. Ellos
solo buscan colocar su producto o compañía en las camisetas y en los estadios.
No tienen ningún tipo de aprecio al aficionado leal; cambian el nombre del
estadio, el diseño de la camiseta, del escudo…
Se ha puesto de moda que este tipo de multimillonarios
jueguen con el fútbol como si se tratase de su hobby favorito. Lo único que
quieren es estar por encima del otro propietario árabe, chino, norteamericano o
namekiano de la ciudad. Además tienen un conocimiento nulo del juego así que se
dejan influenciar por los, ya mencionados, superagentes que, sin ningún tipo de
pudor, les colocan todos los jugadores mediocres de su agencia de
representación. Y así de paso se hinchan a comisiones.
Un dato: solo 4 de 20 propietarios de la Premier League son
ingleses.
-Las multinacionales: este tipo de empresas utilizan
cualquier tipo de estratagema para colar su producto dónde sea. El último caso
es el de Paul Pogba con Adidas; la campaña “Let the talkers talk” es un claro
ejemplo de absorción de mentes. El acuerdo entre Pogba y United era total antes
del inicio de la Eurocopa pero Adidas y Raiola realizaron una maquiavélica
campaña para explotar a tope la imagen del futbolista.
-Los futbolistas son las nuevas estrellas del rock:
Lamentablemente han conseguido ese estatus. Se codean en sus redes sociales y entre
bastidores con un despotismo preocupante: enseñando su nuevo deportivo, sus
joyas, sus viajes en avión privado, sus mansiones…han caído totalmente en el
juego de los superagentes.
E incluso su actitud en los terrenos de juego es preocupante;
quejándose por entradas inexistentes, discutiendo con el árbitro por memeces,
echando broncas a compañeros por errores que ellos mismos cometieron.
El caso más significativo nos lo encontramos en el Cristiano
Ronaldo actual: un jugador venido a mucho menos se va a llevar un cuarto balón
de oro inmerecido; un galardón que ha perdido todo su valor. Ahora el
jugador-negocio más popular es quien se lleva el premio.
-Corrupción: la FIFA es un club de alterne a gran escala. Han
concedido torneos a países, sin ninguna tradición futbolística y con unas
condiciones climáticas extremas, solo por el poderoso caballero Don Dinero.
Uno de los mayores descalabros en el fútbol de élite es la
nula política de transparencia; nadie sabe nada. En realidad no se saben las
cantidades de los traspasos ni los sueldos de los jugadores. Lo que la prensa
transmite son simples especulaciones, no existe nada por escrito que lo
oficialice. De esa forma se incluyen mil clausulas en los contratos de los
jugadores que desconocemos por completo y que da lugar a un mercado de fichajes
incoherente para el espectador medio.
-Las apuestas deportivas: es una vergüenza que se puedan
apostar a partidos de tercera división y demás categorías amateur. Los mismos jugadores
pueden apostar en contra de su equipo con tal de llevarse un buen pellizco. Es
decir, las apuestas deportivas, a ese nivel, matan la esencia del fútbol,
incluso de un fútbol humilde y, en teoría, noble.
-La prensa “sensacionalista” deportiva: en los últimos años
ha entrado como nadie en este juego. Ya no noto diferencias entre el Pronto y
el Marca. Y lo peor de todo es que su poder de influencia sigue siendo enorme,
así que millones de aficionados se rigen por las absurdas noticias y opiniones
de estos medios que han decidido que vender humo es lo mejor para su negocio.
Por fortuna en internet podemos encontrar otro tipo de prensa
más especializada, que basa su visión en lo puramente deportivo y realiza
análisis exhaustivos del juego. Pero, sin embargo, los medios masivos se
encargan de que estas páginas sean casi una deep web; el espectador medio no
quiere saber cómo Ganso se mueve por el campo con o sin balón, ellos solo
quieren saber cómo CR alentará a los suyos desde la banda en la final de la Eurocopa.
Ah,por cierto, que le den por el culo al espectador medio.
Pero lo más triste de todo es que estos motivos han
condicionado el estilo puramente futbolístico actual: un juego más lento, más
resultadista donde el balón cada vez se juega menos y el jugador se queja más.
De esa manera solo puedo explicarme cómo un equipo tan mediocre como Portugal
haya conseguido la Eurocopa.
Estamos viviendo la etapa más gris de este deporte que se ha
vendido a los jeques y a las casas de apuestas. Si de verdad amamos este
deporte tendríamos que dejarle marcha durante un tiempo; deberíamos dejar de
darle share a Telecinco y vaciar los estadios. Deberíamos darle un tiempo para
que, de esta manera, propietarios y demás calaña se dieran cuenta de todo el
daño que están haciendo. Pero eso no pasará, es utópico. Seguiremos haciendo
más ricos a los ricos y el fútbol cada vez será menos fútbol y se convertirá en
una alfombra roja de Hollywood.
Scott Fitzgerald dijo una vez- Muéstrame un héroe y te
escribiré una tragedia- en este caso, la tragedia radica en que los propios héroes han dejado de existir.
*He puesto una foto de Jamie Vardy porque es lo más parecido a un héroe: un chico que llega al profesionalismo a los 25 años después de estar podrido en la quinta división inglesa para acabar, a sus 29 años, conquistando la Premier ,con un equipo humilde, y metiendo más de 20 goles