miércoles, 14 de diciembre de 2016

LOS TIGRES DEL MARKETING



                                  Resultado de imagen de cristiano ronaldo y pogba
Un murmullo, convertido en eco, se desató en el Dorothy Chandler Pavilion de Los Ángeles en 1999 cuando Harrison Ford anunciaba a Shakespeare in love como la mejor película del año. Salvar al soldado Ryan, La vida es bella y La delgada línea roja fueron tres obras de arte sin el ansiado galardón superadas por una película, simplemente, decente. Los presentes sospechaban que su productor, Harvey Weinstein, tenía demasiados contactos dentro de la academia.
Dos años más tarde, el director más sobrevalorado de la historia, Ang Lee, se llevaba el Oscar a la mejor película extranjera por Tigre y Dragón ante la cruda y maravillosa Amores perros. Hollywood vio un filón comercial, que no artístico, en el director taiwanés. La cúspide de su explotación comercial vino con La vida de Pi: su promoción estaba llena de teasers trailers espectaculares del maldito tigre, con planos jamás vistos y cromas inventados, precisamente, para esta película. Al final, un chaval tiene que luchar contra un tigre. Eso es todo. Un tigre virtual y 600 millones de beneficio.

En el negocio del fútbol, los tigres de Ang Lee son los tigres de Mendes y Raiola; Cristiano y Pogba. Dos futbolistas de élite con una tropa de marcas y fans a sus espaldas pero, para los que sentimos este deporte, no son los mejores. No son excelsos.

                                          Resultado de imagen de paul pogba lamborghini

Una de las normas imprescindible del marketing es no dejar nada al azar aunque esté basado todo en una mentira: En el pasado julio, Paul Pogba publicaba una foto en blanco y negro posando con su Lamborghini, solo sale en color una gorra y unas botas rojas. ¿Casualidad?, ninguna. Por aquel entonces, teóricamente, seguía en la Juventus pero el United y Adidas explotaron al máximo la imagen del futbolista para anunciar su fichaje en el momento más importante; la primera jornada de la Premier League.
El Manchester United es el equipo, por excelencia, del marketing. Las cuentas de sus futbolistas en redes sociales son, prácticamente, iguales: todos salen con la camiseta promocional y patrocinan por todo lo alto a sus respectivas marcas .Su grado de repercusión y número de seguidores es gigantesco.

                                         Resultado de imagen de memphis depay under armour     
                          
Sin embargo, la repercusión en el marketing de contenidos es inversamente proporcional a sus resultados en el campo. Un equipo poco trabajado que no sabe a lo que juega está cosechando peores resultados con Mourinho que con Loius Van Gaal o David Moyes. Lo peor de todo es ver el grado de apatía de sus jugadores. Aunque si lo pensamos en profundidad es normal que no luchen: Martial es un chico de 21 años que le patrocina Nike y Foot Locker mientras él se casa con su segunda esposa. Memphis Depay es un diamante en bruto conocido en la noche de Manchester por pasear su Bentley y Rolls Royce mientras tiene el apoyo de Under Armour. Incluso a Mourinho le podemos ver anunciando Heineken. El juego ha pasado a un segundo plano.

Pasemos al tigre de Mendes, Cristiano Ronaldo: ha ganado su cuarto Balón de Oro en el año de su gran declive físico. Para mí, en estos momentos, no es ni un top 15. Y eso provoca que me cuestione varios aspectos. Se supone que hay que ser excelso para ganar éste galardón, entonces ¿por qué no se lo dan a Messi? Vale, supongamos que el asunto va por goles ¿por qué no se lo dan a Aubameyang? Bueno, retomemos la pregunta y pensemos que va por el rendimiento en la Eurocopa ¿por qué no se lo dan a Pepe? Aunque supongamos que la cosa va por la capacidad de un jugador de echarse todo un equipo a las espaldas ¿por qué no se lo dan a Bale?

El fútbol de élite ha pasado a ser una red de contactos donde el marketing está por encima de lo puramente futbolístico. Cristiano es para muchos una especie de héroe. Un héroe del que se sospecha que no ha pagado 150 millones en impuestos, pero esta noticia ya no se verá en los medios. Se ha tapado. Antes de que saliera a la luz, este caso de fraude, El País y el ABC sacaron más de 100 noticias relacionadas con los casos de Football Leaks. Desde que salió el nombre de Cristiano, en los papeles, ninguno de estos periódicos ha vuelto a publicar nada relacionado.

El gran acierto de Jorge Mendes con su compañía fue crear dos departamentos nunca antes visto en una agencia de representación; departamento jurídico y departamento de imagen. Con estos dos departamentos el señor Mendes ha sido capaz de lucrarse más que con el primero. Y su poder es tan notarial que influye en los clubes y en la prensa.
Algo que no ha gustado nada a Mendes es el rumor sobre la homosexualidad de su gallina de los huevos de oro.  Cuando sale alguna foto con su amigo marroquí rápidamente el publicista de CR envía fotos a la prensa con su nueva novia.
Supongamos que sí es homosexual. Si un icono como él declarara su homosexualidad sería un bombazo. Rompería barreras. La imagen del futbolista sería aún mejor. Pasaría a ser el icono más representativo del puñetero mundo. Pero si le damos una vuelta a la tortilla sabemos que los negocios más lucrativos de CR están en los países árabes y allí la homosexualidad como que no está bien vista.

                                    Resultado de imagen de cristiano boyfriend

Este post no lo escribo para despotricar sobre Cristiano y alabar a Messi y cía. Al revés. Este post es una crítica hacia los futbolistas de élite, los superagentes, las marcas y la prensa que han provocado que yo y la sociedad estemos hablando de la homosexualidad de CR, de los coches de Depay o de las mechas de Messi. Mientras ellos crean sospechosas asociaciones, falsas ONG y llevan sus fortunas a paraísos fiscales para no pagar impuestos.

El fútbol de élite actual es como salir con una rubia despampanante: se mira todo el rato al espejo mientras tú tienes que decirla lo guapa que está como si estuvieses hojeando la plantilla del United. Es aburrida como los partidos de mundiales y eurocopas con 0-0 y prórrogas interminables. Se va de compras con tu tarjeta de crédito como cuando te pasan la factura de Movistar fútbol o el chándal que te has comprado del Barcelona.

Pero, sobre todo, es superficial. Te deja vacío por dentro. No sientes nada. Y yo para no sentir nada, mejor lo dejo. Si el fútbol solo nos causa apatía e indiferencia mejor dejarlo marchar.