Crecer en un barrio que le llamaban “la farmacia” no es el
lugar idóneo para criar a tus hijos, desde muy pequeño a Carmelo le dijeron que
NO podría conseguir lo que quisiera, que sus sueños NO se cumplirán, que a lo
máximo que aspiraba era salir del barrio, cosa que no todos podían decir. West
Baltimore es un sitio apenado por la violencia, las drogas y los sueños rotos,
West Baltimore es la parte que la sociedad decidió dejar atrás.
Desde muy pequeño a Carmelo le cortaron las alas, un día el
pequeño Carmelo dejó de soñar y se dedicó a vivir la realidad, pero siempre con
un balón de baloncesto en la mano. Dicen que el pequeño Carmelo se abstraía de
la realidad botando y tirando a canasta horas y horas mientras sus colegas se
dedicaban a robar y ahogar sus miserias en alcohol y drogas.
Pero un día alguien pensó que Carmelo tenía talento, alguien
pensó que Carmelo sería capaz de salir del barrio, porque -“cuando un cabrón
como tú, triunfa, triunfamos todos”.
Muchos piensan que el tatuaje que lleva en el hombro con las iniciales WB significa Warner Bross, en realidad significa West Baltimore:
Porque Carmelo no olvida sus raíces, no olvida su pasado, que a pesar de los
malos recuerdos, de las jeringuillas tiradas en el suelo, de las peleas, de los
tiroteos, de los amigos muertos…a pesar de todo eso, Carmelo tiene una idea
romántica del barrio, Carmelo tiene la esperanza de convertir el barrio en un
sitio limpio y alegre.
Carmelo no se olvida de los suyos, no se olvida de sus
amigos de siempre. Quizás por eso sus primeros años en la NBA no fueron lo
esperado, Carmelo no rendía como se esperaba. Las malas compañías, las peleas y
la marihuana seguían muy presentes en su día a día.
A pesar de todo eso, tenía un talento innato para el
baloncesto, de vez en cuando le salía un partido maravilloso, tenía unos
fundamentos increíbles. Todo el mundo sabía que ese chico no era normal, ese
chico tenía que triunfar pero el mismo se lo impedía, Carmelo tenía miedo a
volar debido a toda esa inseguridad que llevaba dentro, tenía miedo a
estrellarse.
La pelea en el Madison en 2006 le abrió los ojos, estaba
haciendo el tonto, algo tenía que cambiar, algo tenía que ocurrir, era la hora
de ser un hombre, de dejar atrás tus pequeños éxitos y empezar a forjar una
leyenda. Carmelo empezó a encestar y a encestar, un no parar. En 2007 ya era una
estrella consagrada.
Sin embargo algo no marchaba bien: en Denver no se sentía
querido, la gente le exigía que estuviera al 100% todas las noches, habían
depositado en él todas sus esperanzas. Pero Denver es muy frio y muy alejado de
casa. En Denver no era feliz, solo en un lugar Carmelo se sentiría feliz, y una
noche de verano de 2010 Carmelo decidió que era la hora de volver a casa, era
la hora de volver a ser feliz.
Llegó a los Knicks y por primera vez en toda su carrera era
plenamente feliz. El primer año no fue bueno porque no había equipo, no había
espíritu. Pero Carmelo sí que es profeta en su tierra y empezó a desprender su
mejor juego. Era un equipo competitivo.
Hace poco Carmelo igualó el record de Bernard King como
único jugador de la franquicia en meter 40 puntos o más en tres partidos
consecutivos. Desde entonces Carmelo no encesta, Carmelo DEVORA la canasta.
Sabe que ha costado pero al fin ha llegado la oportunidad de su vida, el sabe
que no habrá otra y que hay que aprovecharla.
Probablemente Carmelo NUNCA consiga un anillo, probablemente
NUNCA sea MVP pero ha sido capaz de levantar pabellones enteros, ha sido capaz
de callar bocas.
Dentro de unos años cuando Carmelo se retire, nos arrepentiremos
porque no fuimos capaces de disfrutar de su juego. Vivimos pensando en épocas
pasadas pero no nos damos cuenta de que esta generación es oro puro.
Carmelo es más que un buen jugador, es más que una estrella,
Carmelo Anthony se ha convertido en una LEYENDA.
El día que Carmelo se
retire volverá al barrio porque tarde o temprano todos volvemos a casa, todos
volvemos al lugar donde fuimos felices. Porque al fin y al cabo todo empieza y
todo acaba con tus amigos, en tu casa, en tu barrio.
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